La gran sequía que está sufriendo España, y el conflicto Rusia -Ucrania, tendrán consecuencias sobre los ya elevados costes de producción
El presidente de la institución ganadera, Antonio Bañuelos, acompañado por el directivo, Ricardo Del Río, de la directora de comunicación y relaciones institucionales, Lucía Martín y del director técnico, Juan Villalón, analizaron la situación de censos de este sector y los efectos de la pandemia sobre el mismo, y, además, ha repasado las nueve líneas de actuación que se recogen en el documento de la Memoria.
En ese sentido, Bañuelos ha informado que en UCTL “se ha producido una disminución de un 13% de reproductoras con respeto 2020”, y ha destacado significativamente “la reducción de un 41% de añojos útiles en UCTL de 2022 respecto 2021 (reducción de un 52% si ponemos como referencia el año 2020). Este dato supone una llamada de atención para la oferta ganadera en los próximos años”. Por su parte, Ricardo del Río ha añadido que “se ha realizado una selección ganadera rigurosa y con un nivel de excelencia máximo en estos dos terribles años de crisis sanitaria”. Al tiempo, los directivos quisieron trasladar un mensaje de optimismo ante la temporada 2022 y han coincidido en afirmar que “los aficionados y la sociedad está deseosa de toros y de fiestas”.
En el encuentro se han abordado dos asuntos de actualidad fundamentales que repercuten de forma directa en los ganaderos de bravo: la gran sequía que está sufriendo España, y el conflicto Rusia -Ucrania, que tendrá consecuencias sobre los ya elevados costes de producción (piensos, gasoil, electricidad…). Estos dos problemas ponen en gran peligro la viabilidad económica de las explotaciones ganaderas de bravo, muchas de ellas, con grandes dificultades tras dos años sin actividad ganadera por la covid19. Antonio Bañuelos expresó “el incremento de un 30% del precio actual de los piensos, que en unas semanas se espera duplicar ese porcentaje, el incremento de las energías más de 72% del gasoil, más de 250% de la electricidad…estos costes van a las espaldas de los ganaderos que somos quienes sostenemos las 300.000 hectáreas de Alto Valor Natural, ecosistemas únicos y sumideros de Co2”.
Por otro lado, se abordaron las legislaciones ambientales alejadas de las necesidades del campo que están dificultando más la actividad ganadera: ley de bienestar animal y ley de protección de lobo.
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