Con sabor pucelano
La gastronomía típica de Valladolid es variada, sencilla y tradicional. La innovación llega con los pinchos y tapas, una especialidad culinaria que ha convertido a la ciudad en referente nacional

Más allá de su aspecto histórico, Valladolid ofrece un panorama envidiable en cuanto a su gastronomía se refiere donde se utilizan productos de la tierra para dar a sus platos un valor añadido. Propuestas en su conjunto que son puro sabor. A su vez, el vino, ejerce como acompañamiento y protagonista perfecto con las cinco denominaciones de origen en la región y que supone uno de sus grandes valores. Tintos, blancos y rosados en armonía perfecta para los platos más tradicionales o para propuestas más innovadoras.
Si en España el pan es un alimento básico, en la capital del Pisuerga alcance todavía si cabe mayor gloria siendo un alimento protegido el denominado Pan de Valladolid. El original se elabora con trigo candeal y se le conoce por el nombre de “lechugino”. Crujiente, corteza dorada y una miga en su interior especialmente blanca son sus señas de identidad. Tan importante es el pan, que en Mayorga –municipio situado a 80 kilómetros- existe un museo con todas las variedades así como sus métodos de elaboración.
Uno de los platos típicos vallisoletanos es el asado de lechazo que se cocina de manera tradicional en horno de leña con agua y sal. Posiblemente sea el gran protagonista en el panorama gastronómico junto con el tapeo. Cada mes de noviembre se celebra el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas, considerado el mayor showcooking en vivo del país. No hay que olvidarse del Campeonato Mundial de Tapas, la versión internacional, y que en 2018 cumplió su segunda edición.